Por un momento un silencio envuelve el estadio de Villa Modelo. El eco apenas suelta un alarido: tímido, lánguido. A lo lejos, pero en realidad es muy cerca, el Gallego Rodríguez clava una sonrisa de oreja a oreja. Por ese momento parece que el silencio hablara. Aunque quizá no: pero yace en la mueca del delantero que le acaba dar el triunfo a San Lorenzo.
Pero antes del tanto de Rodríguez el cuento tuvo un vaivén impresionante. En el primer tiempo, el Ciclón se iría en ventaja gracias a un golazo de Vidal: bien de goleador, enfrentó al arquero, sacó la cara interna del pie zurdo y mandó la redonda a dormir al lado del palo izquierdo.
En la segunda mitad, Brizuela le dio empate a La Ñata en una jugada a pura gambeta, pero Vidal volvía a aparecer, ahora con el empeine y un remate seco inatajable para el arquero Rodríguez. La ventaja sería efímera porque, otra vez, Brizuela pondría la chapa 2-2. Aunque aún quedaba un capítulo más: a dos minutos del final, Rodríguez empujó un rebote de un tiro de Vidal y decretó el triunfo azulgrana.
Ahora la historia se define en Boedo: el próximo jueves, desde las 20.30, el Ciclón jugará el partido de vuelta ante Villa La Ñata en busca del título. Del gran sueño. ¡Vamos, muchachos!