El futuro ya llegó

Las raíces crecen, el pelo se corta. Los más grandes agarran la tijera, lo más chicos se escapan. La rapada es un ritual infaltable en la vida de cada pibe que llega a Primera División. Por un momento, en Cardales, te das cuenta de que el futuro ya llegó. Que está acá. Y que da para soñar.

Sin lugar a duda, una semilla que creció en el verde césped y hoy en día desplega ramas es la categoría 1999 que aportó 3 jugadores. Ya hace un par de años, en Sexta División, empezó a salir una clave que nacía desde abajo con Fede Gattoni: cabeza alta, postura erguida, primer pase para Manuel Insaurralde, que la lleva, se escapa de la marca y habilita a Adolfo Gaich, el tanque que gira y define. Y fin de semana tras fin de semana, esta triangulación empezó a ser una sociedad, un recurso: una solución para una categoría que terminó dando la vuelta olímpica.

Y entre que los pibes crecen y los árboles echan hojas, el tridente se trasladó a Reserva, donde formaron parte de un campañón. Gaich e Insaurralde siendo titulares indiscutidos y Gattoni, que no pudo estar en la recta final debido a una lesión en los ligamentos cruzados: 50 puntos, 15 triunfos y 6 empates. Adolfo Gaich fue el máximo artillero del Ciclón, con nueve tantos, mientras que Manuel Insaurralde aportó otros dos. Y el árbol siguió creciendo, el esfuerzo tuvo su premio, y hoy las tres figuras de las Divisiones Juveniles integran el plantel de la Primera División que acaba de comenzar la pretemporada bajo las órdenes de Claudio Biaggio.

Adolfo Gaich es delantero de área, goleador. Sus compañeros lo llaman Tanque y él responde con una tímida sonrisa, como si no se hiciera cargo de figurar en lo más alto de las distintas tablas de goleadores. Nació en 1999, en Bengolea, un pequeño pueblo de Córdoba, rodeado de una familia bien azulgrana. En noviembre de 2014 llegó a probarse a Ciudad Deportiva y de a poco fue sumando minutos y mejorando su juego hasta llegar a la Sexta División, con la que fue campeón y goleador del Ciclón. Mide 1.89 metro, sabe manejar bien su altura y el área es su hábitat natural. Una de las joyitas en la ofensiva del semillero azulgrana.

Carlos Manuel Insaurralde es volante central, y sus compañeros lo llaman por su segundo nombre, como a él le gusta. Proveniente de Formosa, categoría '99, jugó un tiempo en las Inferiores de Boca Unidos de Formosa, pero a principios de 2016 se probó en el Ciclón, donde rápidamente se adaptó a la conducción de Fernando Cinto, en Sexta División. Mediocampista mixto, moderno, con quite pero también con versatilidad para aportar una variante en ataque. De buen pie, pase y despliegue. Otra perlita de la cantera de Boedo.

Federico Gattoni mostraba condiciones desde muy chico: ya cuando formaba parte de la Séptima División debutó en Reserva y empezó a integrar distintas convocatorias al seleccionado argentino, tanto como sparring en algunas giras amistosas o en la Selección Sub 20. Categoría 1999, nacido en Capital Federal, ya cuenta más de 12 años portando la camiseta azulgrana. Es un marcador central de buena presencia, destacado por su juego aéreo y precisión en el área rival. De gran técnica, ambidiestro y muy rápido en los cruces para atorar la llegada de los equipos rivales. 

Pero si hay que hablar del enorme torneo de la Reserva, es imposible no nombrar a Ezequiel Chávez, que se ganó la titularidad en el partido con Talleres y no la soltó más en toda la segunda rueda. Categoría 1998, nacido en Lanús, en la Provincia de Buenos Aires, es una de las apuestas más grandes del Ciclón bajo los tres palos. De buen porte físico, con mucho juego con los pies y presencia en el área.

La otra buena noticia para las categorías formativas del Ciclón es Lautaro López Kaleniuk, que se sumó a la pretemporada con Primera División, porque siempre es necesario un guardián del arco para aprender de los más grandes. Lautaro nació el 24 de enero de 2001 en Chaco y a sus 15 años armaba las valijas repleto de ilusión para probarse en San Lorenzo por una semana: el golero cumplió con creces, y ya a los pocos días viajó a Santa Fe para jugar un torneo donde fue figura, ganarse un lugar dentro del equipo y seguir creciendo hasta hacerse uno de los referentes para sus compañeros. Arquero moderno, de muchos reflejos pero con bastante juego con los pies. Su físico privilegiado con 1.90m de altura le permite sacar muchos réditos a la hora de proteger la valla del Ciclón. Sin duda, es otra semilla azulgrana que crece debajo de los tres palos.

Santiago González, el juvenil de 18 años, llegó al club esta temporada después de su gran paso por el Deportivo Maipú. Delantero rápido, extremo y encarador, confiesa que la derecha le sienta más cómoda. Nació el 25 de julio de 1999, mide 1.69m de altura y ya se ilusiona con debutar en Primera División.

Por último, pero nunca menos importante, Franco Moyano también pasó por la peluquería en Cardales. El juvenil fue un habitué en el once inicial del Pampa Biaggio domingo tras domingo en la última Superliga, pero nunca había realizado una pretemporada desde el inicio con el plantel profesional. Franco arribó al club en enero de 2014, gracias al juego vistoso que desempeñó en Lobos Athletic Club y en el Sub 15 de Lobos. Basado en el orden, quite y técnica, también fue convocado por el Dpto. de Captación a una prueba en San Lorenzo, la cual supo aprovechar al 100 por ciento. En Primera ya jugó 12 encuentros y marcó un gol en el amistoso previo a la competencia oficial, ante Argentinos Juniors.

Así, se suman a un grupo con varios valores surgidos del semillero cuervo: desde el ejemplo palpable de Gonzalo Rodríguez, que regresó de su paso por Europa, hasta la nueva camada de jugadores: Devecchi, Senesi, Rojas, Barrios, Reniero, Conechny, Berterame...